Algunos tachan de excesivamente visionario a Ray Kurzweil, Director de Ingeniería de Google, pero muchas de sus predicciones de los últimos 20 años se han cumplido con creces y los desfases en el tiempo que muestran algunas de ellas no invalidan su acierto como tendencia. Su ley de rendimientos acelerados está mostrando en este primer trimestre de 2016 una sorprendente convergencia de innovaciones disruptivas. Estamos en el año del despegue de la realidad virtual, pero también de grandes progresos en robótica, en inteligencia artificial (un ordenador gana al campeón del mundo de Go), en edición de genoma (la inquietante CRISP) y otros saltos exponenciales. Todo ello está configurando un ecosistema muy inestable para los negocios, especialmente para las empresas más grandes y pesadas, para las que no abracen la innovación trepidante como estrategia para sobrevivir.
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