Empresas en Internet.

Existencia y presencia

El primer peldaño del uso de Internet por una empresa (a parte de las funcionalidades del correo o las búsquedas web), se basa en simplemente existir. Esto quiere decir que cuando alguien nos busque, ya sea de nuestra familia, un proveedor, o un posible cliente, pueda encontrarnos en la Red.

Para ello es necesario que nuestra empresa cuente con una página web, en la que, al menos figure nuestro nombre comercial, nuestra dirección, teléfonos y correos de contacto, así como una descripción eficaz de los productos o servicios que vendemos o prestamos, y si es posible, una oferta que nos diferencie de la competencia.

La web se ha convertido en las verdaderas páginas amarillas de hoy en día.

La evolución natural de esta existencia es tener una presencia real. Esto quiere decir que cuando alguien busque a un proveedor en nuestro sector nos encuentre a nosotros.

Para ello existen dos caminos:

  • Utilizar tácticas de posicionamiento web (SEO), para aumentar nuestro pagerank o
  • Pagar anuncios en los buscadores para que nos coloquen en las primeras posiciones asociadas a una determinada búsqueda (SEM).

Como siempre una combinación adecuada de ambas estrategias sería lo más adecuado. También podemos usar los medios tradicionales de publicidad para dar a conocer nuestra página web (algo muy habitual, en contra de lo que se pudiera creer).

Sociabilidad

Una vez presentados en Internet y con cierta presencia en ella, nuestro siguiente paso puede encaminarse a conseguir reputación en el medio y el apoyo de seguidores, fans, adeptos, etc. formando una comunidad de intereses a nuestro alrededor. Este el sueño de toda empresa mediática, aunque, a escala, puede ser también una realidad para una empresa industrial o de servicios.

El camino es duro y no exento de peligros, y principalmente se puede derivar en 2 tipos de actuaciones, no excluyentes:

  • Participar por medio de blogs, servicios de noticias y e-newsletters en la difusión de conocimientos de interés para nuestra comunidad de referencia (trabajadores, colegas, proveedores y clientes), dejando abierta la puerta a la conversación, con sus críticas y sugerencias.
  • Integrar nuestra empresa en redes sociales ya existentes, bien de forma corporativa o a través de colaboradores internos significativos, consiguiendo ampliar la red de contactos tanto comercial, como de conocimientos y participando en diversos foros sectoriales y/o creando nuestros propios foros, tanto internos, como abiertos. El grado de comunicación y de exposición de la empresa, en este caso es mayor, con todas sus ventajas y desventajas.

El objetivo final es el mismo, crear una comunidad que nos apoye con sus ideas y sus críticas en la evolución de nuestra actividad y, como no, generar, a través de esta nuevas oportunidades comerciales y de negocio. Está claro que este segundo paso requiere más dedicación y/o inversión que el primero.

Integración y Disolución

En los encuentros en la tercera fase con Internet es cuando una empresa decide llevar parte de su actividad a la Red, o deberíamos decir la nube, y ya empieza a fundir su gestión diaria con su presencia en este ciberespacio.

Los aspectos que se pueden integrar son muy amplios, el más conocido es el e-comercio y la venta on-line, pero también podemos esta hablando de la gestión de stocks, la relación con los clientes a nivel administrativo, la gestión de la labor comercial y los pedidos, la gestión del conocimiento en las áreas de desarrollo, la gestión de proyectos, e incluso la producción y su interacción con los clientes.

Imaginemos el caso más avanzado en el que un cliente realiza un pedido de un vehículo a través de internet, realiza el pago del mismo mediante una realización de un crédito en un banco electrónico y por medio de una transacción on-line. Sus documentos y facturas le son enviados por correo electrónico. Su perfil de cliente es cargado automáticamente en el ERP de la empresa proveedora y asignado un seguimiento automático, con vigilancia de la atención post-venta. Su pedido de vehículo, tanto en motorización, color, tipo de carrocería, etc, es enviado de forma automática a la fábrica, que inicia su producción siguiendo las especificaciones seleccionadas. Por último, el cliente, a través de Internet, puede ver como es fabricado su coche y seguir, paso a paso el envío del mismo, hasta que es depositado en la puerta de casa.

Es sólo un ejemplo de como las empresas, si lo desean, se pueden fundir o disolverse en Internet,  combinar sus procesos on y off-line de forma armoniosa, hasta que no se distingue qué parte de la organización está en la Red y cual no.

Lo dicho, cada cual debe elegir que fase o qué combinación de las mismas son más adecuadas para el desarrollo de su actividad, sabiendo que las posibilidades existen y que puede elegir, el grado de integración adecuado.