La cara oculta del periodismo dominante.

¿Las informaciones que aparecen con más frecuencia en los medios de comunicación dominantes responden al interés general de las sociedades a las que teóricamente sirven? Al menos en una buena parte de las veces, en asuntos de gran transcendencia, la respuesta es negativa. Un cable diplomático americano divulgado por WikiLeaks arroja luz al respecto. El embajador de EEUU en Gran Bretaña da cuenta de unas conversaciones nada menos que entre el presidente del Banco de Inglaterra y el secretario del Tesoro americano, que se ponen de acuerdo, el 17 de marzo del 2008, en pleno estallido de la crisis financiera, sobre el diagnóstico de lo que está pasando: se trata de una crisis de insolvencia generalizada del sector bancario. Sin embargo, en público su diagnóstico es el contrario: sólo es una crisis de liquidez pasajera. Hay que inyectar masas ingentes de dinero al sistema. La principal prensa y medios de economía y finanzas del mundo apoya inmediatamente esta política, explicando a sus lectores la conveniencia absoluta de proceder a ayudar con dinero público a las instituciones en crisis. Sin embargo, esta política, que es la que se ha implementado de manera generalizada, responde a los intereses particulares del “lobby” financiero global. No a los verdaderos intereses generales de las sociedades sobre las que operan, como se está comprobando con el paso del tiempo. Los medios y los periodistas han actuado, en una gran medida, como corifeos del poder establecido, no como sus críticos vigilantes.

Una gran parte de los periodistas de los medios dominantes en los países occidentales defienden, consciente o inconscientemente, los intereses de los verdaderos poderes establecidos. Los dirigentes políticos son con frecuencia tan sólo muñecos para el juego diario del “Pin-Pan-Pum” mediático, sin verdadera transcendencia. “Los que denuncian con datos y razones los escándalos presentes, son cuidadosamente mantenidos a distancia de los centros de decisión”, denuncia el economista y antropólogo francés Paul Jorion.

El “lobby” de la industria financiera de EEUU emplea cinco agentes activos por cada miembro del Congreso y ha gastado unos 5.000 millones de dólares en un decenio para hacer valer sus intereses. “Los Angeles Times” denunciaba recientemente el abrumador dominio del “lobby” financiero, afirmando que más del 90% de los miembros que se reunían con la Fed, la Sec y la Cftc, las instituciones que preparan las reformas necesarias para que no vuelva a ocurrir otro desastre financiero como el que estamos sufriendo, con millones de nuevos parados en todo el mundo debido a la crisis, son miembros relacionados con la banca, los fondos de riesgo y otras empresas financiaras. ¿Qué podemos esperar?

Un dato elocuente tomado de la “Columbia Journalism Review”: entre 1980 y 2005, los periodistas que cubrían informativamente Filadelfia se redijeron de unos 500 a 220. Mientras tanto, en todo EEUU, las personas empleadas en Comunicación y Relaciones Públicas pasaron del 45.000 a 90.000. El peridismo de investigación está desapareciendo.

¿Es de extrañar que tan sólo el 29% de los americanos crea en el rigor y la precisión de las empresas informativas, mientras que una gran mayoría crea que los medios son, además, tendenciosos, según el último estudio de Pew Research Center?

NOTICIAS EN CUATRO LINEAS

 -Las ayudas a la prensa en Francia superarán los 1.000 millones de euros en el periodo 2009-2011, lo que representa el 12% de la facturación del sector, según un informe del consultor Aldo Cardoso para el ministerio de Cultura y Comunicación. Las ayudas directas han pasado de 438 millones de euros a 628 entre 2008 y 2009, con un alza de 43%.

-Algunas cadenas de TV de nicho están explotando. Fashion TV fue lanzada en 1997 para retrasmitir desfiles de moda. El año pasado facturó 45 millones de euros, con un beneficio neto de 6,2 millones. Ha abierto ya 70 butiques en todo el mundo y prevé llegar a las 300 a finales de este año. Trace TV, una cadena musical, ha facturado 12 millones de euros en 2010, el 40% más.